La vida de José María “El Mono” Gatica
- Redacción
- 8 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Su infancia, sus peleas, su vínculo al peronismo, su gloria y su ocaso.
Por: Ricardo Fernández
Corría la “Década infame” donde Hipólito Yrigoyen era destituido por un golpe cívico militar asumiendo más tarde José Félix Uriburu. La situación en Argentina se tornaba cada vez mas complica para todos en debido a las políticas implementadas por el gobierno militar.
A causa de eso los pibes no iban a la escuela ya que se veían empujados a trabajar para llevar el pan a la casa y ayudar a su familia.
En Plaza Constitución, un pibe de siete años a fuerza de puños defendía con fervor su cajón para lustrar sus zapatos ante otros mas grandes, su nombre José María Gatica.
Los años pasaron y en una peluquería de San Telmo llego la noticia de pibe de voz aguda, nariz ancha y desafiante que no le tenía miedo a nada ni nadie.
El dueño de la peluquería se llamaba Lázaro Koczi lo llevo a un lugar conocido como “Misión Marino” a pelear contra ex marineros que paraban ahí, seduciéndolo con solo 20 pesos.
Durante la década del 40, Koczi dio con la posibilidad de que Gatica por medio de sus contactos peleara en el Luna Park emblema histórico del boxeo nacional, donde arrasaba con sus rivales, dejando a fuera a miles de personas que querían verlo pelear.
Uno de sus fieles seguidores, fue el presidente Juan Domingo Perón que siempre iba a verlo junto a María Eva Perón. Perón abandonaba su butaca central de la primera fila del sector A para ir a felicitar los triunfos del pugilista. Una de las frases que quedaron inmortalizadas en la popular fue cuando ambos se estrechan la mano y el sonriente Gatica expresa "General, dos potencias se saludan". Transformándose en un emblema para el peronismo.
En cada pelea el Luna Park se dividía, en el ring side estaban los anti- peronistas que lo bautizaron “el Mono” apodo que no era de su agrado ya que prefería que le digan “El tigre” como lo hacia la popular peronista.
Una de sus peleas que siempre será recordada en el boxeo argentino es el año ´47 donde cae en el 6°round ante Alfredo Prada su eterno rival, ya que Gatica sufre la fractura de su mandíbula y continua peleando pensando que era su muela la afectada.
Su gran afinidad con Perón le dio la posibilidad de que el general le pagara para que peleara en Madison Square Garden y peleara por la corona mundial ante Ike Williams. Pelea que termina en el primer asalto, esta derrota marcara un antes y un después en su carrera pugilística.
La muerta de Evita en el ´52 , el bombardeo de Plaza de Mayo y la caída de Perón en el ´55 lo proscribieron alejándolo del boxeo por su vínculos peronistas. Mientras hacia su último combate frente a Jesús Andreoli en el 56 Bahía Blanca la policía fue a detenerlo, donde él pregunta por qué lo detenían el oficial le respondió “Por peronista”.
Esto dio el fin de su carrera, de la vida que llevaba, sus trajes, sombreros, zapatos, sus amigos que lo abandonaron y su gran picardía. De vuelta en la miseria, y para poder vivir vendió muñequitos en la tribuna de Independiente.
El 10 de noviembre de 1963, Independiente derrota a River 2 a 0. Ya la mezcla de algarabía por el triunfo y el vino que tomo en la tribuna hicieron que pierda el equilibrio cuando trato de bajar del colectivo 295 en movimiento aplastandolo.
Dos días después fallece en el Hospital Rawson a los 38 años. Dejando un legado de 98 combates, 86 ganados, 72 por nocaut. Siempre será recordado por la potencia de sus puños, su lealtad hacia el peronismo, y su personalidad.
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